De los 949 pozos que actualmente se perforan en diversas entidades con
la técnica de fracturación hidráulica o fracking, 349 se ubican en Veracruz, lo
que generará mayor escasez de agua a corto plazo para abastecer a muchas
poblaciones y acarreará problemas a la salud de muchos veracruzanos, advierte
Alejandra Jiménez, representante de la Alianza Mexicana Contra el Fracking
durante una rueda de prensa que dio a bordo del buque Esperanza, de la
organización ambientalista Greenpeace que este fin de semana estará en el
puerto de Veracruz.
La activista, dice que de esos 349 pozos en la entidad, 172
están ubicados en el municipio de Papantla, "lo que mantiene en alerta a
los habitantes de la zona del Totonacapan porque podrían aumentar los casos de
cáncer ya que habrá liberación de gas metano", y agrega que con el
fracking "lejos de poder obtener energías limpias se liberarán emisiones
radioactivas y cancerígenas, es decir, no solo se afectará el medio ambiente
sino la salud de la comunidad".
También abundó que "con la reforma
energética se da cabida a todas las empresas internacionales y queda diluida la
responsabilidad. Por eso estamos en una campaña permanente sobre los efectos
nocivos de la técnica tanto a la salud y medio ambiente, y estamos buscando que
las comunidades afectadas nieguen o prohíban estos proyectos de fractura
hidráulica”.
El fracking se ha extendido por todo el mundo en el último lustro,
por lo menos, ante el notorio agotamiento de hidrocarburos en muchas partes, y
se ha iniciado una carrera por encontrar el gas lutita o shale, un hidrocarburo
no convencional, que se encuentra en reservas geológicas de rocas arcillosas
orgánicamente ricas y de muy baja permeabilidad. Este gas natural, en lugar de
encontrarse almacenado en “bolsas” bajo tierra, está enquistado dentro de
bloques de rocas sedimentarias formadas a partir de materiales orgánicos y por
ello el proceso de fracturación hidráulica para su extracción mediante la
inyección de agua a presión con aditivos químicos para poder liberar el hidrocarburo
en las profundidades del yacimiento, se ha extendido, pero a un costo muy alto,
ambientalmente hablando, pues se hacen perforaciones en horizontal a través de
las cuales se inyectan entre 4 y 10 millones de litros de agua mezclados con
arena y aditivos; el agua se cuela entre las fracturas de la roca para
arrastrar y absorber el gas y salir con él al exterior. Eso es la fracturación
hidráulica.
La activista Alejandra Jiménez advierte que para la operación de un
sólo pozo se requieren entre 9 y 29 millones de litros de agua, y los productos
químicos que se añaden al agua y arena para fracturar la roca pueden filtrarse
a los mantos subterráneos. Por otra parte, la llegada del buque Esperanza, de
Greenpeace, ha resultado un acontecimiento, según palabras de Miguel Soto
Treviño, coordinador de comunicación de la organización ambientalista en
México. La embarcación llegó a las 7:30 de la mañana de este sábado al puerto
de Veracruz, y el mensaje que trae su tripulación es "concientizar a la
población sobre el manejo eficiente del agua en esta entidad".
El buque
estará en el muelle turístico para que la gente lo pueda visitar y conocer, ya
que habrá visitas guiadas en su estancia en el puerto hasta el próximo lunes.
Este buque fue construido en los astilleros de Gdansk, Polonia, en 1984, y su
uso original era como barco de bomberos. Precisamente durante sus primeras
horas en aguas veracruzanas otra integrante de Greenpeace, Sinaí Guevara ha
señalado que por lo menos el 24 por ciento de los veracruzanos no tiene acceso
al agua potable y con el fracking la situación se hace más vulnerable.
Ese 24
por ciento de veracruzanos significa un millón 800 mil habitantes, y aparte de
la técnica de la fracturación hidráulica, otra amenaza para esa población es la
presentación en breve de una iniciativa de autoridades federales para
privatizar el agua y no dar un acceso justo a los ciudadanos, iniciativa que ya
había sido presentada con anterioridad por el que fue director de la Comisión
Nacional del Agua, David Korenfeld, aunque a su renuncia y por las protestas
iniciales que provocó, se decidió congelarla en la anterior legislatura
federal. Greenpeace dice que a pesar de que Veracruz "cuenta con una gran
cantidad de afluentes, ya que es de los cinco estados con mayor disponibilidad
per cápita de agua, es de los que enfrenta grandes rezagos en acceso al vital
líquido y su condición se agravará más con las reformas que se avecinan y la
técnica de fracturación hidráulica".
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