Como una especie de
zombi apenas viviente que, pese a todo, aún mueve la patita, el Partido de la
Revolución Democrática, PRD, cumple este 5 de mayo el 31 aniversario de su
fundación, aunque asegura que llega en pie de lucha, trabajando en la
deconstrucción – o análisis de sus muchas contradicciones - y autocrítica
profunda, en la que se encuentra desde que la diáspora morenista los dejó como
un cascarón vacío. Como fuera, el Sol Azteca insiste en que nació con el
objetivo de luchar contra los gobiernos de un solo hombre “y 31 años después,
la lucha es la misma, por ello, el partido sigue y seguirá vigente”.
Afirma que
a tres décadas de vida, “tiene retos importantes, hoy frente a un gobierno
estatal y federal fallido, estamos recuperando poco a poco la preferencia del
electorado, porque nuestro compromiso ha sido y seguirá siendo defender las
causas de la sociedad, somos el partido de las y los ciudadanos”. Acusa que los
mexicanos viven actualmente una crisis humanitaria sin precedentes, pues la
falta de capacidad de las autoridades para enfrentar la pandemia amenaza
severamente la salud, economía, seguridad y el futuro de las generaciones
venideras.
Concluye que el debilitamiento del federalismo, la eliminación de
los contrapesos constitucionales, la subordinación del Poder Legislativo y la
sumisión tanto del Poder Judicial como de los órganos autónomos, “afianzan a
este gobierno de fraude, de corrupción y de estancamiento”. Así las cosas.
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