6 de mayo de 2020

REPRESENTANTE DE LA IGLESIA CATÓLICA ASEGURA QUE SOLICITARÁ PRÉSTAMOS A PERSONAS Y EMPRESARIOS PARA PODER SOBREVIVIR; “NO HAY MISAS Y POR ENDE NO HAY LIMOSNAS”


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El obispo mexicano señala que por el momento tienen problemas para pagar servicios como la luz y agua, pero esperan que la gente les done dinero



Con la implementación de la Jornada Nacional de Sana Distancia, eventos con más de 50 personas han sido suspendidas, incluso eventos religiosos, todo con el fin de evitar que se registren más contagios de la COVID-19.
Esto ha provocado alarma entre autoridades de la iglesia católica, pues algunos de sus líderes en México acusan que se están quedando sin fondos para cubrir gastos de mantenimiento, sueldos y causas altruistas.
Alfonso Gerardo Miranda, obispo auxiliar de Monterrey y Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, acusa que “cayó todo el ingreso por la limosna”, por lo que se han visto en la necesidad de pedir préstamos para poder sobrevivir en esta temporada.
Añade que las parroquias de todo México viven esta situación, la cual se está agravando con el pasos de los días, por lo que han tenido que solicitar préstamos a “todo el mundo”, incluidos empresarios y sociedad civil para mantener los empleos y no despedir personal.
Así como para realizar sus pagos correspondientes al servicio de agua, luz, alimentación y distintos servicios de albergue que cada parroquia tiene, entre los que destacan el Hogar para Niños Incurables de Nuestra Señora de la Consolación de Tlalpan y el Asilo de Ancianos de Iztapalapa.
“Día a día aumenta el número de familias y personas que requieren de asistencia alimentaria por parte de las iglesias. Eso sí nos preocupa de sobremanera; sin embargo, Dios proveerá. Desde hace más de un mes, aproximadamente, pararon las misas, no hay entradas de las parroquias y no hay manera de pagar salarios y servicios”, señala Miranda.
Para el obispo auxiliar la situación se recuperará cuando se levante la cuarentena y la gente comience a acudir de nuevo a las misas para también dar sus donativos.
“Se cayó prácticamente toda la limosna, que es con la que sobreviven las iglesias y las que tienen dan lo que pueden. Han recurrido a la curia episcopal, en primera instancia, y también a los amigos que tienen los padres como empresarios o benefactores que puedan dar un poquito para intentar aminorar esta caída”, finalizó el religioso.


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