Los de abajo
HOMENAJE A QUIENES DAN LA VIDA POR UN MUNDO MEJOR
Gloria Muñoz Ramírez
En estos días de virus, las calles
de la Ciudad de México, Tapachula y Guadalajara, perdieron un guardián. Jaime
Montejo, fundador, junto con las hermanas Elvira y Rosa Isela Madrid, de la
Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer Elisa Martínez, perdió la batalla contra
el Covid-19. Un día reportaron desde el Hospital General que había caminado y
que sus signos se estabilizaban, pero la intempestiva agresividad del virus lo
atacó de madrugada. Y ya no regresó.
En cuanto pegó la pandemia en la Ciudad
de México, Jaime, Elvira y Rosa Isela no se lo pensaron. Salieron a las calles,
como lo hicieron en la década de los noventas, cuando repartieron condones ante
el recién descubierto VIH; y como en 2009, con la alerta de la influenza. El
mundo de las trabajadoras sexuales era y es el suyo, y en las tres epidemias
decidieron no abandonarlas. Nunca como un acto caritativo, siempre con una
postura política.
Exigieron al gobierno de la Ciudad de
México apoyos para mujeres y trans que se dedican a este
oficio, quienes se quedaron en las calles por el cierre de hoteles que son
lugares de trabajo y hospedaje para muchas de ellas. Lograron el apoyo de una
tarjeta, pero no callaron su indignación por el insuficiente monto destinado
por persona: mil pesos para tres meses.
Y optaron por el camino conocido: el de
la autogestión y la solidaridad. Montaron un comedor comunitario y ahí se les
vio ofreciendo comida a las trabajadoras sexuales hasta finales de abril,
cuando aparecieron los síntomas en Jaime y Elvira. Se guardaron, pero la
mermada salud de Jaime no resistió y vino el viacrucis de buscar
hospitalización. De siete nosocomios fueron rechazados, hasta que llegaron al
Hospital General, donde tuvieron que pelear su ingreso, pero ya no salió con
vida.
El homenaje fue en la calle, ofrecido
por las que menos tienen. El tapabocas no impidió que gritaran vivas y porras
para quien fue su aliado indiscutible. Y que le enviaran mensajes de aliento a
Elvira, quien intenta recuperarse del virus y de la pérdida. Esta columna, en
su XV aniversario, va para ellos y para quienes han dado la vida por un mundo
mejor para todos. Y todas.
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