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La desaparición de 5 jóvenes de Playa Vicente en Tierra
Blanca, ha despertado no sólo una oleada de indignación que ha trascendido las
fronteras de esa región, de Veracruz y hasta del país, y a la vez, una serie de
denuncias de familias que han perdido a seres queridos pero que no denunciaron
en su momento tales desapariciones por miedo a ser víctimas de los grupos fuera
de la ley que, presumiblemente, son los responsables de esos hechos.
Las cifras
de desaparecidos son variables: van desde 50, hasta 400, y uno de esos
angustiados familiares confirma que "no hemos denunciado por miedo, porque
apenas se hace algo y los integrantes de la delincuencia organizada hablan para
decir que nos aplaquemos, que no estemos hablando nada". Ahora que han
observado la atención que se ha dado a la desaparición de José Benítez de la O,
Mario Arturo Orozco Sánchez, Alfredo González Díaz, Bernardo Benítez Arróniz y
Susana Tapia Garibo, muchos familiares de esos desaparecidos se han armado de
valor y han salido a pedir ayuda, pero " ahora que nos acercamos con los
papás de estos 5 muchachos de Playa Vicente a varios nos han hablado para
decirnos que nos aplaquemos, que no andemos apoyando a nadie y que no hagamos
escándalo, que nos va a ir mal, y así hemos estado y quizá por eso es que
también no hemos tenido resultados, pero más porque las mismas autoridades no
nos han atendido como lo hacen ahora“.
El obispo del puerto de Veracruz, Luis
Felipe Martín del Campo, visitó Tierra Blanca para oficiar una misa donde se
pidió por la aparición de los 5 muchachos de Playa Vicente, y allí acudieron
muchos familiares de otros jóvenes desaparecidos.
Tienen la esperanza de que
sus casos también sean conocidos y se actúe por parte de la Gendarmería
Nacional, la Policía Federal, el Ejército, la Marina Armada y la Subsecretaría
de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación. Sin duda, el caso del 11
de enero, ha sido el detonante para saber o intuir qué tan grave ha llegado a
ser la situación en la región de Tierra Blanca y sus alrededores, donde al
parecer el crimen organizado, con la complicidad de autoridades policiacas de
Seguridad Pública Estatal, ya confirmaron ello plenamente, pues se ha sembrado
el terror y la angustia escudados en la impunidad. Mientras ello ocurre, desde
Palacio de Gobierno, en Xalapa, se insiste en decir que "no pasa
nada", y además se defiende a capa y espada al Secretario de Seguridad
Pública, que si este fuera otro país, ya estaría detenido y siendo juzgado por
su participación en la desaparición de cientos de veracruzanos.
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