Filiberto Vargas Rodríguez
Fue la Fiscalía General del Estado la que sacó a relucir un
incidente suscitado entre la periodista Anabel Flores Salazar (encontrada sin
vida la mañana del martes en el estado de Puebla) y elementos del Ejército
Mexicano, el 30 de
agosto de 2014.
En un comunicado en el que se admite el
secuestro de la reportera de la sección policiaca del Sol de Orizaba, la
Fiscalía advierte que habrá de seguir "todas las líneas de
investigación", pero se detiene a detallar una de ellas:
"Se indagan todos los probables
vínculos de la reportera, como el del 30 de agosto de 2014 en Acultzingo, cuando se
encontraba en compañía de Víctor Osorio Santacruz (a) El Pantera, que fue
detenido en ese momento por elementos del Ejército Mexicano por sus probables
nexos con un grupo de la delincuencia organizada".
Los familiares de Anabel Flores tienen otra
versión.
Cuentan que en aquella fecha Anabel acudió
con toda su familia y algunos amigos a comer a un restaurante. Mientras se
acomodaban las mesas en las que habrían de sentarse llegaron tres camiones
militares.
Varios soldados bajaron de las unidades e
irrumpieron de forma violenta al restaurante. Les ordenaron a todos que se
tiraran al suelo. Una hermana de Anabel sufrió un ataque de nervios y la
reportera les pidió a los soldados que se calmaran, pues la estaban alterando.
Anabel se identificó como periodista y tomó
fotos del operativo. Captó incluso cuando los soldados golpeaban a tres
hombres. Uno de los uniformados le arrebató la tablet y borró las imágenes.
Hubo una discusión entre los militares y la reportera, pero no pasó de ahí.
Después de subir a los tres sujetos
golpeados a los camiones los militares se retiraron.
Son dos versiones, opuestas ambas. La
autoridad dirá que su dicho es "la verdad histórica". Algo, sin embargo,
les falló.
El 30 de noviembre del 2014, tres meses después de
aquellos sucesos, la reportera Lourdes López, de Xalapa, envió un trabajo
periodístico al diario Excélsior, en el que narra la versión de Norma Albor
Cano, esposa de Víctor Osorio Santacruz, a quien la Fiscalía identifica como
"El Pantera" y a quien atribuye vínculos con el crimen organizado.
Norma Albor denunció que su esposo y sus
dos acompañantes (identificados como Miguel López y Delfino Hernández Falcón)
estaban desaparecidos. Su versión sobre los hechos se asemeja mucho a la
narrada por la familia de la reportera Anabel Flores.
Cuenta que ese 30 de agosto de 2014 los tres desaparecidos
desayunaban en el merendero "Jaimitos Barbacoa", a orillas de la
carretera que conduce a la cabecera municipal de Acultzingo. Testigos de los
hechos le contaron que los militares llegaron al merendero y obligaron a los
comensales a entrar en la cocina, y a los que ya no pudieron meter los
obligaron a permanecer tirados en el suelo.
“Era un gritadero, porque había más de 100
personas. Siempre está lleno ese restaurante”, narró uno de los testigos quien
dijo que una reportera observó el episodio.
“(La reportera) empieza a sacar fotos con
su celular al ver que están golpeando a uno de ellos y se acerca un militar, se
lo arrebata junto con el gafete y sacan a las tres personas, entre ellas mi
esposo. Los suben y se los llevan”, narra Norma Albor.
Los tres detenidos y desaparecidos, eran
comerciantes de accesorios de automóviles. Víctor Osorio Santacruz había
trabajado como policía y según su esposa, lo dejó cuando comenzó a ser
hostigado por los militares.
Un año y medio después, esa reportera que se
enfrentó a los soldados que golpeaban a tres personas y que publicó los hechos,
fue secuestrada por un comando "que vestía uniformes tipo militar, portaba
armas largas, cascos, pasamontañas y chalecos antibalas", según narró
Sandra Luz Morales, tía de la periodista.
¿Así, o más claro?
Urge une explicación más coherente de la
Fiscalía del Estado y es necesario que el Ejército Mexicano explique qué
sucedió aquel 30 de agosto de 2014 y dónde están los tres sujetos
que fueron detenidos por los soldados.
Hay que destapar esta nueva cloaca.
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