Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
394 mil visitas recibidas,
¡Ufff!.. El poder de las redes
Se
cumple el rito de una sucesión atropellada.
Llega
el acreditado político, el de una vida, Amadeo Flores Espinosa, a la máxima
dirigencia del PRI en medio de la incertidumbre, el recelo de la propia familia
priista y fundamentalmente, del descredito ciudadano.
Arriba
con un procedimiento estatutario poco claro.
No
llega como encargado, llega como presidente del Comité Directivo Estatal del
PRI, sin convocar a asamblea, sin la presencia de los consejeros y en un acto
animado solo por los maestros, más que delegados o militancia.
No
hubo orden del día. Nunca se pasó lista. Jamás se tomó el consenso del Consejo
Político. Tampoco hubo votación y tan solo se apeló a una toma de protesta ante
inocuo enviado del PRI, Manlio Fabio Beltrones, cuando el estatuto impide la
injerencia del Comité Ejecutivo Nacional en procedimiento que corresponde al
órgano supremo, el Consejo Político Estatal.
Sin
embargo, tal vez ello no sea lo más importante.
Amadeo
Flores Espinosa recibe un PRI maltrecho, desacreditado y totalmente alejado de
sus bases, sin estructura y con un solo camino, la compra del voto.
En
el escenario de cara a 17 semanas, fecha de las elecciones, son tres los
grandes pendientes del PRI veracruzano.
Cómo
levantar un muerto, el PRI, que se encuentra en franco estado de putrefacción;
cómo convencer a la ciudadanía que el PRI es la mejor opción de cara a un
gobierno, el del señor Javier Duarte, que nos ha dejado miseria, deudas, un
cementerio disfrazado de Frutsis y pingüinos y una honda división en la
sociedad civil y el PRI mismo; y cómo remontar el discurso de la alianza
PAN-PRD que encabeza Miguel Angel Yunes Linares, frente a otro recio, pero más
institucional, que es el de Héctor Yunes Landa.
El
PRI que hereda Amadeo Flores Espinosa es un partido cuyos últimos liderazgos se
caracterizaron por el saqueo y la promoción personal; por la venta de
candidaturas y el tráfico de recomendados; por comprar el voto más que trabajar
en el fortalecimiento de las estructuras municipales.
Con
mítines y recorridos multitudinarios –donde siempre iban los mismos-
acompañados de una buena promoción mediática se cubrió no el expediente, sino
el apetito personal, tal como lo manifiesta el propio Amadeo Flores en su
discurso de toma de posesión en tan desangelado acto donde no se llenó ni
siquiera la tercera parte del sillerio ubicado bajo la carpa externa al evento
desde donde se trasmitió el evento.
¿Qué
deja el cambio?
Pues,
una vez comprobado el fracaso el del candidato del gobernador Javier Duarte, el
señor Alberto Silva, simplemente se levantó del escritorio y se salió por la
puerta de atrás.
Dejaba
tras de sí un PRI francamente encabronado, una militancia dividida, una lealtad
partidaria sin rumbo ni destino y una elección que en cualquier momento se
inclina hacia la derecha.
Y
es que mientras para Héctor Yunes Landa lo más importante es ver como carambas
se quita el sello de la Fidelidad –de la cual fue subsecretario de gobierno,
secretario particular, diputado, presidente del PRI y senador de la república
gracias a Fidel y Javier- para Miguel Angel Yunes el compromiso con los
veracruzanos es meter a la cárcel a los saqueadores empezando, según él, por
Javier Duarte.
El
sortilegio, sin embargo, para seducir a los votantes en favor del partido que
ha gobernado por 86 años a Veracruz, está en desandar el camino de la
prostitución del voto y acudir a la consolidación de la estructura regional,
tal como se lo dijo Jorge Uscanga Escobar a Héctor Yunes Landa, en días
pasados.
“Los
212 comités municipales, totalmente desmantelados, deben de reconstruirse; los
liderazgos naturales recuperarse y presentar las propuestas de cambio no a
través de quimeras sino de hechos”.
¿Qué
va a hacer, si llega, Héctor Yunes Landa con un microgobierno de dos años?
¿Aparte de compromiso legal con la ciudadanía que demanda cárcel para quienes
dañaron el patrimonio, cómo se reconstruirá Veracruz?
Ha
llegado el momento de las propuestas.
Concluyó
la lucha intestina y el tiempo no alcanza para visitar y convencer a los 5
millones 700 mil votantes. Se tiene que acudir a la propaganda moderna, a las
redes sociales, al mensaje por medios audiovisuales.
Ya
no entra el esquema de la campaña a ras de piso.
Está
comprobado que un mitin de 50 mil gentes no equivale al número de votantes peor
aun cuando el pueblo veracruzano se apresta a aplicar el voto de castigo a la
Fidelidad.
Así
que por más que sea bueno, noble, líder y de una honradez a carta cabal el
candidato Héctor –no el Héctor chafa que se registró- sino Yunes Landa el reto
es revertir la percepción que es francamente anti priista.
Ya
veíamos el encuentro priista dominical donde se arrojó incienso a Amadeo y
culto a Héctor.
Fue
un evento de corte modesto, pobretón, frente a la parafernalia de la Plaza
Lerdo en el centro de Xalapa en donde, aquí sí, vinieron los dirigentes del
PAN, Ricardo Anaya y del PRD, Agustín Basave. Fue espectacular observar la
fuerza del discurso, el empuje de la militancia, la certeza de quien se
registra como el candidato a la gubernatura.
Miguel
Angel Yunes brillo desde la capital del estado.
Y
es que acarreados o no juntaron decenas de miles. En remedo o no a las viejas
prácticas priistas mostraron cuan fuertes está y en discursos incendiarios
desacreditaron hasta el cansancio al PRI y al gobierno de Javier Duarte. Se
comprometieron al mismo tiempo con los veracruzanos a iniciar el cambio que
tanto se anhela.
En
espacios anteriores hablábamos que la moneda está en el aire, hoy la percepción
es que la moneda ya está de cara al sol y no precisamente en favor del PRI.
Tiempo
al tiempo.
Pequeñeces:
Tantas
pruebas de respeto y solidaridad recibidas; tantas precisiones y puntos de
vista manifiestos en interminables cartas y comentarios que me resulta
imposible agradecerlas una a una. He comprobado, una vez más, que la fuerza de
las redes sociales rompe fronteras. El acumulado de cientos de miles de “likes”
y comentarios diversos, ataques y denostaciones incluidas, dan clara muestra
que hoy existe una herramienta más de gobierno, acaso la más importante, que
son las redes.
Gracias,
de verdad gracias a quienes se ocuparon y también a los que se mal ocuparon de
mi tránsito profesional. Agradezco a las empresas radiofónicas que por estos
días me abrieron las puertas para continuar mi tarea profesional. Agradezco a
Univisión y a Raúl Peimbert, su disposición a mi persona. En breve habré de
tomar una decisión en favor de seguir sirviendo a esta tierra que tanto amo,
Veracruz.
*Premio Nacional de Periodismo
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