Por: Silvia Núñez Hernández
Este día se celebra la “libertad de expresión” en todo el país. Originado a ello, funcionarios de los tres niveles de gobierno, organizan, comparten y hasta “reparten” una serie de regalos para enarbolar esta importante labor supuestamente ejecutada por parte de los representantes de los diferentes medios de comunicación a nivel nacional.
Algunos periodistas comparten con los funcionarios desayunos, comidas y cenas durante toda esta semana, y reciben sin problema los regalos procedentes de diferentes oficinas gubernamentales, municipales, direcciones y demás dependencias públicas, donde sus titulares se los ofrecen para festejarlos en su “gran día”.
Para muchos periodistas el 7 de junio representa la oportunidad de sentirse “querido” por parte de los funcionarios públicos, y el valor de esa “querencia” se determina por el valor del regalo que recibe por parte de ellos, los cuales oscilan desde una pluma hasta coches, casas y joyas.
La libertad de expresión expuse el día de ayer en twitter, es similar a un oasis en el desierto; la cual la ves de lejos, pero al momento de acercarte a ella te das cuenta que no existe.
En la entrega realizada el pasado 3 de junio, denominado “Noé López y Carlos Rodríguez, son parte de las estadísticas” http://www.agninfover.com/noticia.php?id_noticia=65938 se explicó que el estado de Veracruz ocupa el tercer lugar a nivel nacional en crímenes contra periodistas; situación que pone en manifiesto la falta de “libertad de expresión” concedida por quienes se mantienen el poder en el estado.
La nulidad de este capítulo para expresar libremente no es privativa en el estado de Veracruz, sino a nivel nacional. Por ende, resulta indignante que muchos periodistas no honren la memoria de quienes han caído realizando su labor de informar a la ciudadanía.
El gremio periodístico es el único sector que no recuerda protocolariamente a sus muertos en este día, al contrario, hace oídos sordos y concede el paso a la impunidad, como si la muerte de un periodista no representara una pérdida humana y no le enviara la advertencia que cargar una “pluma crítica” es similar a escribir a través de una granada activada.
Un puñado de dinero, regalos costosos y hasta la aspiración del pago de un desayuno han mellado la razón del propio periodista, quienes en su gran mayoría se conforman con un escueto “pago” que puede proceder desde los altas esferas de poder hasta del funcionario del más bajo perfil de alguna dependencia pública, sin percatarse que le ha puesto precio a su “libertad de expresarse”.
Este día, tanto los medios de comunicación como periodistas deberían de unir sus esfuerzos para exigir a las autoridades una real procuración de justicia en el país, pero sobre todo, brindarle al periodismo en México reformas que permitan el pleno tránsito y garantías que permitan una palpable “Libertad de Expresión”.
Hasta ahora, se puede decir que cada 7 de junio el periodismo a nivel nacional celebra el “Día de la Impunidad en México”, donde los grupos de PODER establecen las normas en el que una sociedad pueda desarrollarse y jamás será a beneficio de ella, sino siempre cuidando sus propios intereses.
Buen aventurados quienes saben cumplir y se enorgullecen de nuestra real “Libertad de Expresión” la cuál empieza desde nuestra propia conciencia.
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