Por Martin Martinez Sosol
Lamentamos la muerte de la reportera del diario “NOTIVER”, desaparecida desde el pasado domingo y hallada asesinada este martes, por lo cual es necesaria la intervención directa del gobierno del Estado y es su obligación legal y moral poner un alto a los levantones y asesinatos de los trabajadores de los medios de comunicación y de los veracruzanos. Mientras se sigan dando casos como estos, en donde asesinan a mansalva a ciudadanos indefensos, los veracruzanos no viviremos en paz, y queda en manifiesto que el estado de derecho ha sido rebasado por la ignominia y la intolerancia de unos cuantos y la indiferencia de las autoridades.
La violencia en Veracruz como en todo el territorio nacional demuestra que están fallando las medidas de seguridad y la estrategia para combatir el crimen organizado. Ha fallado y ha sido rebasado el dialogo, cuando esto se acaba, entonces se inicia el camino pantanoso, el de la tortuosa violencia, el de los irracionales.
En Veracruz sacan a los militares a las calles para combatir a la delincuencia organizada, violentan las garantías individuales y se pisotea la dignidad ciudadana. No existe una planeación para combatir a los grupos delictivos y esto se convierte “en una medicina que daña igual o más que la enfermedad”. Mientras que es sabido que la delincuencia se encuentra impregnada en algunos sectores, viviendo de la extorsión y en negocios turbios. Nada se hace y nadie sabe nada.
Ante esto es ilógico sacar a las calles a los militares, dando palos de ciego y no teniendo un objetivo especifico. ¿En dónde está la inteligencia militar?
La libertad de expresión en Veracruz está amenazada por una minoría intolerante y cruel. Los veracruzanos estamos ante la zozobra que si hoy vivimos, mañana quien sabe. Por eso es necesario que Javier Duarte De Ochoa, gobernador veracruzano, tome su papel en serio de cambiar la estrategia en la entidad veracruzana y de que el jefe del ejecutivo federal, Felipe Calderón, haga lo mismo.
Les exigimos a nuestras autoridades que se llegue hasta las últimas consecuencias por la muerte de cualquier ciudadano y se garantice la libertad de expresión. Por lo tanto exigimos castigo a los responsables de los asesinatos de Milo Vela y de Yolanda Ordaz, trabajadores de Notiver. Pero mas aún es vergonzoso que las autoridades investigadoras traten de empañar la imagen de los comunicadores, involucrandolos con la delincuencia organizada, dejándose llevar por presunciones.
No podemos quedarnos callados ante la violencia y la incapacidad de quienes deben de encargarse de la seguridad de los veracruzanos.
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