Por José Miguel Cobián
Respecto de su artículo del día de ayer sobre la posibilidad de una gran crisis mundial por no incrementar el techo de endeudamiento de los Estados Unidos quisiera puntualizar lo siguiente:
Los demócratas buscan públicamente un incremento de impuestos, sin embargo no sólo van a afectar a los grandes millonarios y billonarios sino también a las clases medias y su consumo. Sin embargo la verdadera estrategia de Obama no es incrementar los impuestos, lo que realmente desea es no verse expuesto por lo que hace realmente, y menos ahora que ha iniciado su campaña de reelección. La realidad es que si el país no eleva el techo de su deuda el PAIS NO TIENE QUE CAER EN SUSPENSION DE PAGOS. Todos sabemos que las obligaciones del gobierno serán cumplidas totalmente en el futuro, y allí es dónde Obama miente. Seguramente habrá algunos pagos del gobierno que tendrán que ser diferidos y allí es dónde Obama no quiere exponerse, mostrando a los votantes como va a priorizar el gasto del gobierno ante fondos limitados, no desea que veamos como decide a quien pagarle y a quién no. No quiere lastimar a sus grupos de soporte político reduciendo sus recursos, como por ejemplo programas amigables para sindicatos, o lo que sería peor, reducir el tamaño de la burocracia nacional, o los fondos para grupos liberales. Sería genial que demandara mayor eficiencia en el gasto público, reducción de desperdicios y basura y la eliminación de duplicidades e ineficiencias, pero Obama no quiere hacer esto. No quiere obligar a los diferentes departamentos del gobierno federal a ser más racionales en su gasto.
Obama quiere revivir la demagogia de los ricos villanos, esos que crean empleos, que arriesgan su capital en actividades productivas, el grupo que mantiene este país en marcha. Esa visión catastrófica si no se aumenta el techo de endeudamiento es más demagogia que realidad, sin embargo puede inquietar a los mercados y ese nerviosismo puede hacer mucho daño a la economía nacional y mundial.
Yo preferiría que los republicanos no aumentaran el techo de endeudamiento para poder desenmascarar a Obama, pues aumentarlo implicaría apoyar sus políticas económicas, las cuales no están dando resultados, y tampoco aprobarle un incremento en los impuestos, hasta que no cambie su política económica. Así se demostraría que su grito de ¨ahí viene el lobo¨ fue mentira, como su lema de ¨esperanza y cambio¨. Y de esto nadie habla, cuando se toca el tema.
Los republicanos saben que pueden exprimir el tema hasta el final, y forzar al presidente a decidir dónde paga y dónde retrasa los pagos, pero NUNCA dejando de pagar la deuda. Obligando a Obama a reducir gasto público. Es mejor reducir la deuda ahora, pues si sigue creciendo, en el 2030 todo el ingreso por impuestos sería utilizado para pagar deuda.
Por otra parte hay que considerar la modificación del artículo 14 de nuestra constitución que señala que el país no puede caer en suspensión de pagos. Así, el presidente podría retirar recursos de las arcas públicas para pagar su deuda, más no para cubrir más gasto público. Así, caeríamos en el punto de obligar al presidente a pagar su deuda normalmente pero reducir su gasto público, en particular el gasto corriente, sin tener que incrementar el techo de endeudamiento. El juego de Obama es espantar a los ciudadanos para que éstos exijan a sus representantes un incremento en el techo de deuda, o asustarlos con reducir los gastos de defensa, (que es lo que más interesa a la oposición). Pero no le conviene que estas opciones se hagan del conocimiento público pues le restarían simpatías, así que prefiere jugar con su enorme capacidad de oratoria y espantar a los ciudadanos y a los mercados. Así, las calificadoras no están hablando de riesgo por la suspensión de pagos de USA, sino por el nerviosismo generado deliberadamente por Obama en busca de su reelección.
Hasta aquí llega la carta que me envió un analista de Wall Street especializado en mercados emergentes de Latinoamérica, ante la lectura de mi artículo del día de ayer, en el cual mencionaba yo el fatídico 2 de agosto y sus consecuencias en la economía mundial. Por ser de interés publico íntegra la carta. Usted tiene hoy la opinión, y la historia nos dirá que va a pasar en el futuro.
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