16 de julio de 2011 ·
Reportaje Especial
"El Hummer". Baja mediática.
Foto: Jorge Dan López
Paradoja que lastima al Ejército Mexicano, su guerra contra Los Zetas es en esencia una confrontación consigo mismo; en decir, contra los orígenes de este grupo criminal, pues se formó precisamente con desertores del instituto armado; una afrenta que irrita todavía más al alto mando castrense porque si bien ha logrado causarle importantes bajas, éstos no sólo se han fortalecido, sino que se convirtieron en uno de los cárteles más poderosos del país
Primero los entrenó el Ejército Mexicano. Después, fundaron el grupo armado al servicio del cártel del Golfo. Y ahora, convertidos en una de las más poderosas organizaciones delictivas del país, con ramificaciones en varios países, ni el mismo Ejército del que surgieron ha podido derrotarlos.
Aunque su líder actual, Heriberto Lazcano Lazcano, ha sido perseguido por todo el territorio nacional, permanece intocado. Jefe de Los Zetas, El Lazca lo mismo se refugia en su natal Hidalgo que en Zacatecas o San Luis Potosí, donde opera bajo la protección de autoridades estatales. En los dos últimos años en varias ocasiones se le ha dado por muerto. El más reciente rumor sobre su fallecimiento trascendió hace tres semanas, luego de un enfrentamiento en Reynosa, Tamaulipas, entre zetas y sicarios del cártel del Golfo, pero ninguna autoridad confirmó su muerte.
¿En qué radica el misterio de una organización cuyos fundadores fueron aniquilados originalmente por Ejército y, sin embargo, resurgen con un poderío multiplicado?
“En el caso de Los Zetas hay muchas preguntas que aún no tienen respuesta”, afirma Erubiel Tirado, experto en temas castrenses, titular del posgrado sobre seguridad nacional de la Universidad Iberoamericana y maestro en derecho por la London School of Economics.
(Extracto del reportaje que aparece en la edición 1811 de la revista Proceso, ya en circulación)
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