Por José Miguel Cobián
Hace algún tiempo nació el partido político Naranja, como una supuesta respuesta contra el autoritarismo del Gobierno de Zedillo y posteriores. La ideología decía que se abría la oportunidad a los ciudadanos de participar en política. Dante Delgado afirmaba que se acabarían las prácticas antidemocráticas del resto de los partidos políticos. Sus principales testaferros afirmaban que ellos no buscaban puestos políticos para sí, sino para los ciudadanos y sobre todo, cambiar al país.
Algunos creímos en el proyecto. Cometimos el error de creerle a Dante. Después, desengañados, entendimos que Convergencia era más de lo mismo. Con la salvedad de que los partidos grandes tienen cuando menos ciertos equilibrios debido a que tienen varias figuras prominentes, que son quienes a fin de cuentas se ponen de acuerdo para asignar candidaturas, apoyos y demás prebendas, e incluso tienen una estructura apoyada y financiada por los propios partidos políticos.
En Convergencia, tienen un Tlatoani, un legítimo propietario, mientras el resto de los integrantes juegan el papel de comparsa. Dante consultaba a veces, cuando no sabía a quién invitar para ser candidato, pero siempre se reservaba convertirse él mismo en el ¨cerrador¨ del trato, con el fin de convertirse en el líder del funcionario en el remoto caso de resultar electo el crédulo ciudadano. Así, la gratitud y respeto de los pocos elegidos por el pueblo, estaría siempre a favor de Dante, y su liderazgo incólume y firme.
Hoy, soplan otros vientos dentro de Convergencia. Se han visto en todos los comités municipales actos de injusticia, despidos de personajes que han dado todo por el partido y por el tlatoani, sin respeto al trabajo y a la necesidad de quien hoy queda a la deriva. Allí no se vió en ningún momento la mano del tlatoani que antes tanto pidió sin dar casi nada a cambio.
Hoy sale a relucir que la mentada democracia interna fue mentira, y que la voluntad de Dante fue la única que se tomó en cuenta en cada decisión del partido. Hoy se sabe que el partido va a desaparecer, pues Dante ya decidió que la Morena de López Obrador absorba la franquicia política en la cual se ha convertido Convergencia.
Así, ha corrido como reguero de pólvora que el partido va a desaparecer para los comicios en el 2012, los motivos son dos: el primero es la bajísima votación y la posibilidad de perder el registro, y la segunda es la sumisión de Dante a los designios de don Andrés Manuel, con lo que Convergencia formará parte del Movimiento de Renovación Nacional.
Hoy los ingenuos que creyeron en el proyecto de Dante se dan de topes contra la pared, pues de repente sus ideales y la posibilidad de lucha por un cambio desde dentro de las instituciones políticas queda cancelado ante lo que ellos llaman ¨La traición¨ de su líder histórico.
Síntomas ya se veían desde hace años. Entre ellos, la escasísima participación de Dante en el Senado para atender asuntos urgentes de sus votantes, de sus representados (los veracruzanos) e incluso de sus correligionarios, pues es sabido que ni a sus ex candidatos les presta la mínima atención, y mucho menos los apoya en gestiones a favor de los ciudadanos. La única vocación de Dante en el senado ha sido la de convertirse en un lacayo de López Obrador. –Lo cual no es malo para los que simpatizamos con su causa, (o con parte de ella), pero si resulta una traición para todos aquéllos que votamos por él y que logramos que fuera senador, aunque hoy muchos pensamos que su triunfo fue un pago por su labor de esquirol cuando Buganza fue candidato a la gubernatura vs el tío Fide-.
Poco a poco, se está conociendo al verdadero rostro del fundador y propietario de Convergencia. Traicionando sus propios ideales, traicionando a sus principales colaboradores, traicionando a sus propios candidatos, traicionando a quienes en él han creído y buscando únicamente su interés personal y los posibles beneficios económicos que de sus tratos y convenios deriven. Poco a poco –también-, se ha transmitido la nueva de que Convergencia va a desaparecer para que Dante se juegue el todo por el todo en el 2012, a favor de MORENA, con Andrés Manuel o con Marcelo. Aunque conociendo su habilidad y conocimiento de la política nacional, no se descarta la posibilidad de que al vislumbrar la posibilidad de que la izquierda no tenga posibilidad de ganar la elección, entonces opte por unirse al PRI o al PAN, para seguir –ahora como diputado federal- gozando de influencia en el próximo gobierno.
La triste realidad es que Convergencia que había sido visto como una opción de cambio, se convirtió en un monstruo mata ideales, que hoy ya huele a muerto.
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